Porque nada es para siempre.
De haberlo sabido, habríamos pagado el alquiler de cada segundo, luego todo se vino abajo.
Porque entonces no había ni espacio ni tiempo. Sólo un par de corazones que, si acaso, palpitaban un poquito más rápido. Y no supimos entenderlos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
Después de luego.
Nos conocimos aquí, estamos suspendidos en el mismo lugar, donde siempre es más probable la casualidad.
El tiempo nos separa (y no se para) y la música no me deja escuchar. La noche más larga ya se acaba y nos va dejando atrás.
Quédate, no te vayas si aún no estás lejos.
Quédate, no te vayas si aún no estás lejos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)