Búscame, encuéntrame y quiéreme. Quiéreme in crescendo y no podré echarte nada en cara, y no echaré de menos nada. Llévame todas las noches a la cama. No dejes que me dé cuenta de cómo pasa el tiempo: páralo, para siempre, en este momento. Apuéstalo todo, permite que gane. No dejes que busque en otras caras lo que tú no supiste darme, porque nunca es tarde.
Toca aquí, mira; palpita, arde.