Piensas en volver, piensas que volverás muchas veces.
Y es que te podrías haber quedado.
Porque quizá te preguntes todavía el porqué de su mano en tu mano,
en tu cintura.
Aunque sabías que noviembre se quedaría indefinidos otoños,
te quería conocer y le dejaste hacerlo, con más o menos miedo.
Porque sí, porque la vida sigue, y ya nadie llora, pero te acuerdas.
Porque dicen que los primeros amores duelen,
y los segundos, y los terceros... toda la eternidad.
y los segundos, y los terceros... toda la eternidad.
Esperaste a que dijera te quiero, lo dijiste tú también
y te agarraste fuerte.
y te agarraste fuerte.
Porque sigues sin saber muy bien qué fue, qué podría haber sido.
Pero cuando avisaste de que te ibas, realmente, ya no estabas.
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